Hemos de reconocer que estamos obsesionados con la idea de correr más rápido. Un gran porcentaje de corredores nos marcamos como objetivo prioritario cubrir distancias más largas en menos tiempo. Y para ello no hay otro secreto que entrenar, entrenar y seguir entrenando.
Sin embargo, en nuestras sesiones de entrenamientos cometemos errores comunes que debemos depurar. En pos de alcanzar una mayor velocidad, descuidamos notablemente la técnica de carrera, lo que implica que corramos de forma totalmente descontrolada y desarticulada. Y es en este punto donde aparece el denominado concepto de overstriding.
- ¿Qué es el overstriding?
Como ya hemos mencionado el overstriding está catalogado dentro de la lista de los errores más repetidos por los corredores en los entrenamientos, ya sean de velocidad o de ritmos lentos.
Simplificando el overstriding consiste en una incorrecta ejecución de la zancada, ya que se tiende a alargar en exceso, lo que nos lleva a distanciar nuestro centro de gravedad de la pierna que se apoya sobre el terreno.
Las consecuencias del overstriding no sólo se centran en la pérdida de eficiencia en nuestra zancada, sino que también trae consigo un incremento considerable de la presión sobre nuestras propias articulaciones, principalmente en las rodillas. Lo que supone que este problema tiene alto porcentaje de que acabe en una importuna lesión.
- ¿Cómo solucionarlo?
El remedio para evitar el overstriding pasa por ejecutar nuestras sesiones de entrenamiento con el mayor control posible, prestando, en todo momento, la máxima atención a nuestra técnica de carrera y al ritmo de respiración.
Aunque el incremento de la velocidad conlleva un aumento de la cadencia y la amplitud de zancada, ello no implica que debamos alejar nuestra pierna de apoyo del centro de gravedad. Así que nuestra pisada debe estar enfocada justo debajo de nuestro centro de gravedad, lo que nos hará ser más eficientes cuando corremos.
Y por supuesto, debemos descartar la idea de renunciar a la técnica de carrera en pos de correr más rápido. Sin duda alguna que una táctica efectiva consiste en mantener una postura correcta: espalda recta y el cuerpo levemente inclinado hacia delante. De esta forma lograremos que nuestras piernas permanezcan ligeramente flexionadas, evitando su extensión completa.
Con todo ello, centrarse en estas pautas nos servirán para disfrutar aún más de nuestros planes de entrenamiento.